¿Qué son el flujo luminoso y la intensidad luminosa?

Para poder elegir la luminaria más adecuada según el entorno que se quiere iluminar, es necesario tener en cuenta las dos variables que caracterizan el led: el flujo y la intensidad luminosa.

Por un lado, el flujo luminoso se conoce como la percepción de la potencia lumínica que genera un haz luminoso en un espacio en general, siendo esta la cantidad de energía que sale de la fuente de luz convertida en radiación visible. Se entiende como la cantidad de luz, expresada en lúmenes (lm), que un foco irradia en un segundo.

No obstante, hay una estrecha relación entre los lúmenes y los vatios (W), por lo que algunas veces podemos encontrar el valor expresado en lúmenes por vatio (lm/W). Es importante saber que la relación entre lúmenes y vatios es positiva. A más vatios por ítem, más lúmenes debe comportar la luminaria para efectivizar al máximo su capacidad. Cabe tener en cuenta, que los vatios no son más que la cantidad de energía que consume el led en una hora, por lo que el símbolo (lm/W) mostrará la eficiencia luminosa en función del consumo del led.

Un dato para tener en cuenta es que el flujo luminoso de un led se prolonga hasta el fin de la vida útil del mismo. Es decir, la intensidad del flujo luminoso es la misma a lo largo de toda su vida útil. Asimismo, el lumen es una cifra que nos advierte de la capacidad iluminativa que puede ofrecer el led, lo que facilita la decisión de ubicación. La cantidad de luminosidad que necesita un espacio siempre dependerá de qué queremos iluminar, la intensidad con la que queremos hacerlo y la ubicación del punto de luz respecto a la arquitectura del espacio y sus elementos, unas cuestiones esenciales para maximizar el rendimiento de cualquier luminaria. En este caso, el valor lux (lx) mide la cantidad de luz o flujo luminoso que incide sobre una superficie. Este valor variará en función de la distancia desde la que estamos iluminando esta superficie: el objeto iluminado más cercano al foco obtendrá una mayor cantidad de luz respecto a aquellos que se encuentren más lejanos.

Por otro lado, se habla de intensidad luminosa para referirse a la potencia de la luz evocada hacia una determinada dirección, en niveles exactos. La intensidad luminosa se expresa en candelas (cd) y representa la relación entre los lúmenes y el ángulo de luz. Este valor resulta útil, ya que normalmente no se diseñan proyectos en los que se irradia la misma luz en todas direcciones, sino que seleccionamos un producto u otro para dirigir la luz hacia un punto para crear un efecto de iluminación y la atmósfera deseada.

De esta forma, la intensidad luminosa variará según el haz lumínico de la fuente de luz. Un haz lumínico más focalizado aporta mayor intensidad, y es ideal para resaltar puntos de interés en un espacio. De la misma forma que un haz de luz más abierto será idóneo para iluminación general. Por estos motivos, cuanta más distancia haya entre el foco y el espacio que se quiera iluminar, más lúmenes deberá tener la luminaria.

Veamos a continuación un ejemplo con nuestras campanas industriales Ufo Lens de 100W, 150W, 200W y 300W de potencia, donde se ejemplifica cómo se relacionan entre sí todos los valores anteriores. Vemos como la cantidad de luz que llega a la superficie (lx) cambia en función de la potencia de la luminaria (W), de la distancia desde la que se emite la luz (m) y también del haz de luz (60º, 90º, 110º y 120º):

Resumidamente, una manera de entender como incide la luz en el resultado final es a través de un estudio que parametriza los efectos y la distribución de los rayos del foco de la luminaria en un espacio. Pues la luz irradiada no es uniforme, ni tiene la misma intensidad para todos los rincones. Estos estudios lumínicos los diseñamos desde Beneito Faure con softwares especializados para la generación de cálculos lumínicos e imágenes tridimensionales. De esta forma, el cliente puede prever como resultará su proyecto, antes de sobre iluminarlo y generar gastos innecesarios.

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